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Escrito por

José Valle

 

¿Cómo te definís?

Yo siempre digo que primero soy un bohemio y después un tipo que ha pasado por la cultura popular, en un amplio espectro, durante 37 años. Tengo 55 y desde los 18 produzco algo, escribo o conduzco algún guión. Siempre estuve ligado a la cultura popular, fundamentalmente al tango durante muchos años, produciendo teatro, eventos deportivos, fui manager de boxeo, hasta he organizado carreras de Turf. Debe haber muy pocos eventos que no haya armado, pero esencialmente soy un bohemio que más allá de la formación estructural que pueda tener me fue formando la vida y la calle. También soy alguien que le da mucha bolilla a la sabiduría del barrio, a la palabra empeñada que si yo te digo algo va a ser así para bien o para mal. Mi ámbito de vida siempre fue mirando de frente y diciendo las cosas como vengan pero de frente y con la verdad.

 

¿Creés qué a los artistas se les tiene en cuenta a la hora de desarrollar nuevas políticas culturales en nuestro país?

Sí, por ahí no tan en la dimensión que tendría que ser. Yo siempre digo que son cuatro patas: está el artista de distintas ramas, el que produce, el que escribe y también el funcionario formado o el gestor cultural que por ahí ve por dónde tiene que ir o por dónde juntar todo porque el artista vuela y a veces el volar demasiado para llegar a la ejecución de una política cultural no es tan simple. Pero por supuesto que tiene que estar el artista porque es la pata fundamental de todo lo que hacemos y el público después. También tendría que haber en la creación de políticas culturales representantes del público porque es el que consume.

Yo siempre digo es el que paga sin saber, porque en un restaurante pagás después, te comprás pilcha pagás después pero en el teatro pagás primero y no sabés lo que te van a dar entonces el público hay que respetarlo muchísimo.

 

¿Qué políticas culturales que se llevaron o llevan a cabo destacarías? ¿Qué nuevas políticas culturales creés que se deberían desarrollar? ¿Quiénes deberían participar en la definición de dichas políticas?

La pandemia fue una nochecita larga y oscura, ahí se vio el rol del Estado en todos los estamentos municipal, provincial y nacional con la ayuda directa al artista que iba con su guitarrita, con su microfonito o con sus zapatos de baile a ganarse el mango todos los fines de semana. Ahí estuvieron con subsidios con ayudas para que hicieran shows virtuales y se los pagaban y creo que en ese momento fue importantísimo.

Después la creación del INAMU o el Fondo Municipal de las Artes, entre otras cosas, que están bien hechas que quizás hay que hacerle unos retoques pero que están muy bien y que ayudan a que el artista pueda volcar arriba de un escenario o abajo lo que hace o lo que quiere hacer.

Yo creo que hay que fomentar mucho los talleres barriales para sacar a los pibes de la calle y para que tengan un espejo dónde mirar y poder elegir. Después en lo que respecta a lo nuestro, el tango y al folklore, llevarlo a la educación primaria porque vos no podés amar lo que no conocés, ya sea una casa, una comida, una mina, una ciudad y los chicos no conocen lo nuestro.

Hace muchos años que vamos a las escuelas con divertango, les dejamos libros de historia del tango. Hay uno que se llama ‘Tanguito justo’, por la mezcla del tango y el rock, les contamos historias y La Flaca (Gaby, la Voz sensual del Tango) les canta. Cuando volvemos a esa escuela siempre te sorprenden con una pregunta o las mismas docentes que para el acto de fin de año arman algo de tango, de folklore. Yo creo que la batalla está ahí, que los chicos conozcan lo nuestro y la segunda es la difusión. Es importante y hoy está muy diversificada entonces tenés que estar muy atento en cómo y qué difundir.

Y deberían participar todos. Yo creo que tiene que participar el artista, el funcionario que está preparado para eso, el gestor cultural porque es gente formada en todas las artes y no solo la producción sino en patrimonio en la ejecución, y el público. Debería haber, como hay un foro de seguridad, un foro cultural que también dé su opinión y trabajar entre todos en esto. No sirve el trabajo de un lobo solitario sino de un equipo bien coordinado y con ideas claras hacia dónde ir.

 

¿Qué te parece la situación actual del arte?

Salimos de esa noche larga y oscura y estamos volviendo a caminar. Hay muchos lugares que se reabrieron y hay muchas expresiones distintas. A mí en lo que respecta a la ciudad siempre me llamó la atención la variedad, la cantidad y la calidad de lo que se sube a un escenario. Ya sea en el bar más chiquito de la ciudad como en el Teatro Municipal.

Hacer un evento cultural en Bahía, sea un show musical o una obra teatral, tenés que dejar la vara alta porque el público es de paladar negro y está acostumbrado que cada vez las cosas sean de mayor calidad. La mayoría de los artistas que salen de esta ciudad triunfan en Buenos Aires, en cualquier lugar del país y en el exterior. Eso es por la formación que hay en la ciudad, por la variedad y calidad de propuestas que hay.

 

Pensando en los últimos diez o veinte años, elija obras o muestras de otros artistas de Bahía que, a su criterio, son fuertemente significativas y cuente por qué

A mí me gusta mucho el Bahía Teatro porque le da oportunidades a mucha gente de dentro y fuera de la ciudad. Me gusta mucho la propuesta que hacen los chicos de Supernova con el jazz, me gusta lo que hace Daniel López también con el jazz y el laburo que hacemos en general con el tango. Considero que siempre es uniéndonos entre distintos productores y distintos artistas para seguir mejorando.

 

¿Qué dificultades encontrás trabajando en Bahía? ¿Qué beneficios?

Como te decía anteriormente, es una ciudad muy rica culturalmente y hay muchas cosas para ver y para aprender. Cada vez que se hace un espectáculo, tengas la formación o la experiencia, siempre aprendés algo.

Yo siempre digo que a mí la ciudad me recibió muy bien, me trata muy bien. No he tenido inconvenientes para trabajar en ninguna de las gestiones. Quisimos hacer un monumento a Gardel y nos dieron las herramientas para hacerlo. Pudimos transformar la Plaza del Tango, ponerle el nombre de Mario Iaquinandi, hacer un busto con la Escuela de Artes Visuales que hicieron el laburo y el Municipio puso los elementos. También hacer un festival en homenaje a Di Sarli y me ayudaron con el ciclo “Bahía Blanca no olvida” que engloba muchas cosas. Es más, tengo una muy buena interrelación con artistas y gestores de otros palos.

Trabajando de frente y mirando siempre en superar lo que hacés no tenés que tener inconvenientes sino al contrario a la larga se suman y el que no entendió al principio algo se fue sumando con el tiempo.

 

¿Con qué otros artistas estableciste relaciones? ¿en qué lugares?

Soy de ir mucho a los espectáculos y de relacionarme con muchísima gente. Después te encontrás a muchos en uno de mis lugares favoritos que es el Bar Miravalles. Entre las muchas cosas que hacemos en la ciudad yo siempre rescato el vermut con la historia del Miravalles porque ahí yo salgo de mi rol de gestor cultural o de productor de tango y se han hecho charlas sobre Favaloro, Cortázar, sobre Turf, sobre Los masones, sobre la arquitectura de la ciudad con Mario Minervino y millones de cosas distintas del palo del tango y del folklore que siempre viene un artista a tocar.

 

¿Cuándo empezaste a interesarte por el arte? 

Hace mucho. Yo tengo 55 y siempre estuve relacionado porque de muy chico me interesaba escuchar mucho tango, historias. Empecé a hacer radio muy pibe a los 15 años, siempre cuento que pensé que Gardel era un familiar porque en el living había una foto de él con la de mis abuelos. Desde que entré en este mundo no me fui más y me iré cuando cuando venga la parca si es que quiere competencia.

 

¿Cuándo decidiste dedicarte profesionalmente?

Fue como medio inmediato porque yo a los 18 años ya producía. Te vas metiendo de una forma u otra y siempre ampliando porque yo en una época hacía producciones teatrales, era productor de uno de los programas más importantes de la ciudad y era el director de una tanguería y tenía 19 años. De ahí no me fui más, es algo que te atrapa y no hablo solo del tango. Yo cuando los pibes me dicen “no porque el tango es de tal época”, pero en algún momento el tango te va a pegar porque te va a dejar una mina, o se te van a ir los viejos, se te va a ir un amigo y vas a encontrar en las letras del tango la respuesta a un montón de cosas.

 

¿Cuáles son tus influencias o referencias más directas?

Yo tuve la suerte de trabajar con mucha gente muy grande en todo sentido y que me ayudaron muchísimo, me formaron.

Horacio Quintana fue de los primeros manager o representantes. Yo tuve el placer de laburar con él y me enseñó mucho. Después con Eduardo García Blanco, con Osvaldo Ardizzone, con el Negro Olmedo, con el Gordo Porcel, etc. Siempre he sido un agradecido a eso porque tuve la suerte de estar en el momento justo y a mi me gusta mucho escuchar. Escuchando se aprende muchísimo, mi abuelo decía que por algo Dios te dio dos orejas y una boca.

He tenido la oportunidad de sentarme en un café con el Polaco Goyeneche y con gente muy importante del tango y de la historia cultural de nuestro país.

 

¿Cómo definirías tu obra? ¿sentís que ha habido algún tipo de evolución en tu obra?

Siempre evolucionás, el que no evoluciona está muerto o está fuera de carrera. Siempre vas aprendiendo, vas ampliando tu mente para adaptarte a los cambios que vienen. Si a mí hace 30 años me decían que yo iba a estar manejando redes te contestaba que dejara de fumar o tomar determinadas cosas y hoy sin embargo lo hago.

Mis espectáculos hoy tienen una dinámica que no los tenían hace 25 años y también tengo la mente más abierta. He aprendido mucho en los últimos 20, 25 años de la vida y de cómo encarar algunas cosas.

 

¿Cómo creés qué ha sido tu transformación artística a lo largo de los años? 

Fue buena porque me enseñó. Me ayudó también formar gente y creo que vamos dejando, aunque no es bueno hablar de uno, un equipo que por ahí me toca conducir que vamos dejando una huella interesante. El otro día cuando inauguramos la Ruta del Tango con José González Casali y con Karina Sánchez, un proyecto de hace muchos años, fue algo que quedó dormido y que ahora lo pudimos reflotar. Son cosas que van quedando, cuando vos vas viendo esos QR con la historia de personajes del tango de la ciudad y que pasaron por acá te das cuenta que eso le va a quedar a la generaciones que vienen. Yo creo que ahí está la semillita para que siempre germine y estamos trabajando en eso. Yo siempre digo que por ahí el gestor cultural se fue comiendo al productor de teatro hace ya unos cuantos años y que me enfoco en eso.

 

¿Próximo proyecto?

Estoy trabajando en un libro. Este año presentamos el libro de Troilo y sus cantores con Gaby y yo estoy trabajando en otro.

También laburando para la segunda edición del Puerto Tango en diciembre 10 y 11 que va a ser una movida importante.

El año pasado fue grande y este año la queremos superar y ampliar. Serán dos días de espectáculos gratuitos, aparte van a pasar 20 artistas o 20 expresiones artísticas por día y va a estar muy bueno. Eso se va a mezclar con el ballet haciendo obras de Piazzolla con cantantes de la ciudad, con cantantes que vienen de Córdoba, de Buenos Aires, y todo gratuito.

 

Dónde naciste, a qué escuela fuiste, a qué club, dónde vivís ahora (barrio)

En un pueblito que se llama San Agustín, en Balcarce. Está metido entre las sierras al que vuelvo siempre.

Fui a la Escuela N°11 de ese lugar y después me fui formando en la educación Secundaria y Terciaria en Buenos Aires. Yo me fui muy pibe pero siempre vuelvo, allí están mis raíces y la gente que yo quiero. Es como que no te fuiste nunca porque están los mismos lugares, la misma gente que te cuidaba aunque no eran de tu familia.

Estoy identificado con el club del pueblo porque aún hoy sigo ayudando y aportando pero Independiente es mi lugar en el mundo.

Actualmente vivo en el centro.

 

Ping pong

 

Un lugar: Gualeguaychú me encanta. Montevideo también, es un proyecto de Buenos Aires hace 60 años y me gusta mucho.

 

Un libro: Muchos pero por ahí si me das a elegir me quedo con un “Largo camino hacia la libertad”, la autobiografía de Nelson Mandela. Un personaje que yo tengo muy presente y después cualquiera de Cortázar me viene bien o de Cabrera Infante.

 

Un cómic: Mafalda

 

Una película: Hay varias pero me quedo con Cinema Paradiso y el Cartero.

 

Una canción: Un tango, Suerte loca de García Jiménez porque me gusta mucho las metáforas del juego y de la vida.

 

Un artista: Anibal Troilo.

 

Un museo o centro artístico: Me encanta el Teatro Municipal y me gusta mucho el Café Histórico que tiene una magia muy muy especial. En Buenos Aires el Teatro Presidente Alvear que antes era el Enrique Santos Discépolo también tiene una mística muy especial.

 

Una obra de teatro: Me gusta mucho el teatro pero “Justo en lo mejor de mi vida” creo que simboliza un montón de cosas.

 

Un recuerdo: Mi infancia en el pueblo en el que nací. Guardo los mejores recuerdos de ahí.

 

 

Por Julián Etchande

 

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